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— Hijo de hombre, entona una elegía al faraón, rey de Egipto. Le dirás:

¡León de las naciones, estás acabado!
Eras un cocodrilo acuático,
chapoteabas en tus aguas,
las enturbiabas con tus patas
pateando su corriente.
Esto dice el Señor Dios:
Echaré mi copo para pescarte
en medio de pueblos numerosos;
serás atrapado con mi red.
Te dejaré tirado por tierra,
abandonado en medio del campo.
Haré que se ceben en ti
todas las aves del cielo;
haré que se sacien con tu carne
todas las bestias de la tierra.

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